Con 66 años de edad, con un infarto en 2013, sufriendo de hipertensión, con análisis de sangre diarios a las 5 AM  (¡!) de acuerdo a su propia declaración (https://www.24-horas.mx/2019/07/23/amlo-presume-tener-muy-buen-estado-de-salud/) y otros problemas de salud (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/amlo-con-graves-problemas-de-salud)   hubiera sido condenado a muerte por su gabinete “sanitario” si contrae el corona virus, y claro, si es atendido en uno de los hospitales del sistema nacional de salud en .

Condenado a muerte porque la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica (http://www.csg.gob.mx/descargas/pdf/index/informacion_relevante/GUIA_Bioetica_FINAL_10_Abril2020.pdf) (la cual ya fue bajada del sitio por el revuelo que causó) que como todo puede ser leída de derecha a izquierda o al revés,  mencionaba que la edad no es “determinante” (pág. 6, inciso 2.1),  sin embargo en la pág. 7 fig. 1, se asentaba el principio de «Salvar la mayor cantidad de años posibles».  Luego agrega “Hay que avisar a los familiares del estado del paciente y el tratamiento”, no mencionan los «avisos vía telefónica» que por todos los medios indicaron que se van a dar porque los familiares no pueden/deben acercarse al hospital, si en condiciones «normales» tardan años en informar, imagínese ahora y agregan que hay derecho de «apelación» por la decisión que se tome, pero no explica cómo hacerlo si no se pueden acercar los familiares al hospital ni cómo si a los familiares no les avisan?

Pero bueno, el hecho es que por su edad y su estado de salud si llega a donde no haya suficientes máquinas y los médicos deben decidir entre él y un nini de 20 años, es obvio que el nini gana, si no por sus aportaciones a la nación si por su valor a futuro asegurado por los donativos del propio AMLO o sea, si el nini ha vivido y vivirá como un miembro de las élites seleccionadas por el propio AMLO, es obvio que llegada la oportunidad del propio AMLO ¿pediría ser desconectado a cambio de que este nini sobreviva?

Podría haber quien cuestione la sabiduría del sistema y piense que ser el presidente electo le da “derecho” de sobrevivencia por sobre el nini que está muriendo por culpa del sistema que no tiene suficientes ventiladores, pero si hay excepción para el presidente la habrá para el ¿diputado, el senador, alcalde? ¿el que ahí en el hospital le dé un donativo de 100,000 pesos/dlls?  Bueno quizás este último no porque no habiendo corrupción este “donativo” para asegurar un ventilador podría considerarse corrupción. Pero igual, no puede haber confusión porque como claramente dice la “guía bioética” en caso de empate la “edad si es “determinante”.

Dado que esta guía ha sido escrita por pensadores y filósofos de altos vuelos, más conocidos por sus reuniones semanales ante las pantallas de futbol que por los libros que nunca leen,  si a pesar de todo sigue habiendo empate el nini, joven y sano, y el presidente anciano y enfermo -de acuerdo a los dictámenes de la autoridad sanitaria- la controversia se resolverá como todos los conflictos se han resuelto desde tiempos inmemoriales en otras tierras de reconocidos logros intelectuales y morales, con la incontrovertible sabiduría de una moneda echada al aire donde los santos, las estampillas y el destino decidirán quien vive y quien muere.

Claro que este es un escenario que nunca se dará porque como dijo el sabio gobernador de Puebla, el coronavirus solo ataca a los ricos y si llegara a contagiar a alguien pobre, (claro, por error o porque encuentra que el enfermo en cuestión mintió y no solo no es pobre sino que tenía dinero escondido bajo el colchón lo que lo convierte en rico y por lo tanto en contagiable) el Sr. López Obrador estaría exento porque él es pobre y si no fuera lo suficientemente pobre de acuerdo al desconocido standard del virus (que es el que elige a quien enferma y a quien no) siempre podrá ser alimentado, como dijo el sabio gobernador por ollas y ollas de “guajolote en salsa verde” con la mágica receta que se ha transmitido de generación en generación por la familia de este señor que a pesar de sus múltiples afecciones medicas nunca se enfermara (más de lo que está) demostrando así la validez de la receta misma.

Así que, protegido por el caldo de guajolote, su pobreza, las estampitas que ya tiene y la moneda del volado el Sr. López Obrador podrá defenderse del “comité de bioética” lo cual resuelve un problema y solo nos deja con la duda sobre qué haremos los demás en caso de tener que confrontar esta situación.

¿Es un nini joven e inútil más importante que un investigador científico de la UNAM? (si quedan algunos ¿verdad?) ¿O es este nini más importante que un trabajador honesto de 60 años, con   esposa y 6 hijos que comen gracias al trabajo de su papá? ¿O es este nini más importante para la nación, el mundo y la humanidad que… ¿Bueno, más importante que usted?

Premisas inútiles a considerar ante un ente gubernamental que en ausencia de capacidad de reacción y prevención decide mejor instituirse como tribunal de la inquisición.

Ojalá si alguien se enferma, los primeros enfermos en encontrarse sin ventiladores no sean los familiares de estos sabios burócratas y su vida tenga que decidirse frente a las cámaras (ya sabe usted para que los del gabinete no hagan chanchullo) para que todos veamos como pregonan con el ejemplo.

Mientras, literalmente curándose en salud, por si es de una o de la otra, AMLO puede estar seguro que, por lo pronto si enferma -y no lo llevan al hospital de Houston donde nació su nieto, tampoco tendrá que ceder su ventilador a un nini que capaz y le sale ¡fifi!!

Asi AMLO se salva de la pena de muerte, no asi el titular de Comisión Nacional de Bioética, Manuel H. Ruiz de Chávez, quién cumpliendo con las reglas de honor de todo regimen que se autorrespeta se suicidó para que el patrón no vea su honorabilidad manchada.

Usted, ¿qué opina?

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