Si usted quiere hacer un buen coraje, le aconsejo se siente, saque una botella de tequila y lea el documento “Auditoria a la Suspensión y Cierre del Proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la (Texcoco)” (https://informe.asf.gob.mx/Documentos/Auditorias/2019_1394_a.pdf), publicado por la hace unos días.

Comencemos por lo más importante: el costo de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de (NAIM) fue de 331 mil 996 millones de pesos, 232 por ciento más de lo que calculó el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en el documento “Razones para la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto en Texcoco”, publicado el 26 de abril de 2019. Nuestros austeros gobernantes valoraron el costo de la suspensión en cien mil millones de pesos. Se equivocaron un poquito: casi 232 mil millones. Peccata minuta.

Aquí vale la pena hacer una pausa, tomarse la primera copa de tequila y brindar por la ineptitud de este gobierno para calcular los costos que sufragan los contribuyentes. Claro, es que eso de valorar bien las cosas es de los chocantes tecnócratas. Total, si los actuales gobernantes se equivocan, ellos no pagan los platos rotos.

Sigamos con la auditoria de la Auditoría Superior de la Federación quien, en el ejercicio de sus facultades, estimó el costo total de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Primero, los costos económicos erogados: 70 mil 497 millones de pesos de obra ya realizada entre 2014 y 2018, más siete mil 639 millones por la terminación anticipada de los contratos y convenios de obra, adquisiciones y servicios, más 50 mil 887 millones por la recompra del 30 por ciento de bonos que se emitieron para financiar el NAIM, más 34 mil 27 millones de la liquidación de certificados bursátiles de la Fibra-E, más 498 millones de costos legales. Sumados son 163 mil 540 millones de pesos ya desembolsados. Irremediablemente ya se perdieron.

Pausa y segunda copa de tequila para brindar por este país tan rico y generoso que puede echar a la basura tanto dinero por el capricho político de sus gobernantes.

Pero, hombre, todavía hay que desembolsar 165 mil 456 millones de pesos más de costos adicionales que se derivan de obligaciones pendientes para la liquidación de los bonos que siguen en circulación, lo cual incluye intereses estimados, más el capital a la fecha de vencimiento de cada bono en 2026, 2028, 2046 y 2047.

Pausa y tercer tequila. Brindemos por la carga financiera que le está heredando este gobierno a las futuras generaciones de mexicanos. Lo bueno es que el presidente López Obrador presume que su gobierno no contrata deuda nueva. Sólo la seguiremos pagando por una obra cancelada.

La Auditoría Superior de la Federación cree que podría haber más costos por erogar. Resulta que todavía están por liquidarse algunos de los contratos suscritos para la que el Grupo Aeroportuario de México no tenia identificados. No están cuantificados los costos adicionales por la liquidación de éstos. A eso hay que añadir otros costos legales para la recompra de los bonos en circulación que quedaron pendientes y la resolución de 41 juicios de amparo, un juicio contencioso administrativo y dos demandas de arbitraje internacional que se encuentran en proceso.

Cuarto tequila. Brindemos porque esto podría acabar costando más de los 331 mil 996 millones de pesos calculados por la Auditoría Superior de la Federación.

Pero al minucioso reporte de la ASF habría que agregar los costos económicos indirectos que tuvo esta decisión. Desde el mismísimo 29 de octubre de 2018, cuando el entonces Presidente Electo anunció la decisión de cancelar el NAIM, supuestamente validado por una consulta popular patito, disminuyó de inmediato la confianza de muchos inversionistas en nuestro país. El riesgo de invertir en México se elevó. Algunos empresarios decidieron suspender proyectos de inversión y otros incrementaron sus parámetros de rendimiento sobre el capital. El resultado, sospecho, es otros miles millones de pesos más para la mexicana.

Quinto y último tequila. Salud por esta decisión que, como dijo un banco en su momento, podría convertirse en el “error de octubre”. Hoy ya no duda: sí lo fue a un costo altísimo para la nación.

Twitter: @leozuckermann

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