En los trabajadores informales fueron impactados de una manera particular por la crisis Covid-19, de entre ellos destacan los comerciantes en las calles, las trabajadoras remuneradas de los hogares o las personas que preparan comida en pequeños puestos. Todas estas actividades, si bien son informales, siguen contribuyendo a la actividad y producción económica del país.

La llegada de la pandemia Covid-19 a México implicó la suspensión de estas actividades en la informalidad a causa de los confinamientos, lo que desaceleró de manera importante el empleo en este rubro y su producción total.

Pese a la contracción en la activdad del , este sector aportó el 22% al de México, de acuerdo con cifras preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía ().

Este resultado implicó una reducción de 1 punto porcentual respecto del año previo, que alcanzó una participación de 23%, y también reveló que el 2020 fue el año en que la economía informal aportó menos al PIB nacional.

Durante este año la economía informal mexicana también mostró una importante baja en su valor agregado bruto; que cayó 12% en comparación interanual.

Las cifras mostraron, además, que el comercio minorista no sólo es uno de los principales sectores de empleo. También es el sector que con mayor valor agregado de todos los rubros de la economía informal: aporta el 26% del total.

La , las industrias manufactureras y el comercio al por mayor en la informalidad son otros de los sectores con alta participación en el valor agregado bruto de este sector.

Aunque el 2020 fue uno de los años más difíciles para la economía mexicana, especialmente la informal, durante el 2021 la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) ha mostrado que una buena parte de los empleos nuevos se han producido bajo alguna modalidad de informalidad. De hecho, la tasa de informalidad laboral ya alcanza cerca de 55% de la población ocupada total.

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