Tras reconocer el papel fundamental que tiene la Iglesia católica en la reconstrucción de la , la candidata a la Presidencia de la República por el PAN, PRI y PRD, Ruiz, firmó hoy el Compromiso Nacional por la Paz, un documento que consta de siete puntos diseñados por obispos católicos, como resultado de un diálogo entre más de mil 600 instituciones.

La ingeniera aseguró que el desafío más grande que tenemos como mexicanos es reconstruir el tejido social y garantizar una paz sustentable y con para las distintas regiones de nuestro país.

necesita recuperar la paz. La paz es vivir en justicia, con libertad para alcanzar la felicidad. No es un estado utópico al que un día se llegará, sino una constante, cotidiana, que involucra a las personas, las comunidades y el gobierno. Es un trabajo conjunto que urge iniciar, ese es el compromiso que hoy asumo con ustedes. Cierro diciéndoles que los cuatro valores con los que he iniciado esta campaña son: la vida, la verdad, la libertad y la prosperidad. Quiero dejarles claro que mi propósito es unir para ganar, pero sobre todo, ganar para unir a México”, dijo en el auditorio Alfonso García Robles, del Centro Cultural Universitario Tlatelolco.

Agregó que encontró una perfecta sintonía con el documento que presentó la y lo que ella propone en su campaña. “Hice 15 propuestas concretas de seguridad y para mí, la más importante, es la desmilitarización de la administración pública”.

Uno de los puntos que propuso es la renovación total del sistema penitenciario, de tal manera que las cárceles sean verdaderos centros de readaptación social y no escuelas de delincuentes en donde se violan sistemáticamente los derechos humanos.

“La sociedad mexicana está agraviada, alrededor de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza y 10 millones de personas no tienen ni siquiera garantizado el sustento diario. La violencia arrasa poblaciones enteras, destruye familias y causa dolor por doquier”, comentó.

El texto del Compromiso Nacional por la Paz expone entre otros puntos, que el tejido social en México está en un proceso de degradación acelerada; sobre seguridad señala que el país enfrenta desde hace casi 18 años una de las de violencia más graves de su contemporánea y que los procesos judiciales son largos, costosos, poco flexibles o adaptables a las circunstancias.

Asimismo, se subraya que las prisiones no forman parte de las prioridades de las de seguridad y justicia y que tenemos como sociedad una con la población adolescente, la cual se ha visto invisibilizada y rezagada por la política estatal mexicana.

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